Un paseo por un pequeño pueblo del mediterráneo, con sus mallorquinas pintadas sobre muros de piedra blanca, donde el sol intenta entrar para inundar con su luz unos ambientes sencillos y acogedores.

Un atardecer rojizo sobre un muelle en un lago donde te puedes perder escuchando sonidos ajenos a la ciudad y disfrutar de cada segundo antes de volver a la rutina de siempre.

El ruido de las olas del mar cuando se rompen sobre las rocas y el clásico olor a mar, salitre, sol, viento… Algo que solemos vivir y descubrir cada vez como si fuera la primera.

Nuestras experiencias, nuestra vida encuentran su razón de ser en elementos tan sencillos como valiosos.

Por este motivo Ulanka busca su inspiración en sus orígenes, en los elementos y la cultura mediterránea, en todo aquello que nos hace felices sin que nos demos cuenta, hemos hecho nuestra la filosofía del disfrutar de cada simple momento que consiga llevarnos lejos de nuestro día a día. Nuestro sueño es que todos nos sintamos como si la luz del sol nos envolviera, y que los pequeños detalles nos hagan sentir bien y sonreír aunque sea sólo por un segundo.

Este es el sueño de Ulanka.